martes, 14 de mayo de 2013

Algunos pocos conocidos*

Nelson y yo el domingo



La gente hace amigos de manera azarosa. De esas mismas maneras a veces inexplicables, ajenas incluso a la voluntad, los conserva o los echa al olvido temporal en un proceso que forma parte de esos caminos de la vida que, como decía el vallenato, “no son como yo pensaba, no son lo que imaginaba, no son lo que yo creía”.
A mediados de los años ochenta del siglo pasado, como si hubieran movido la famosa piedra que vox populi refiere cuando algo aparece de improviso, un puñado de veinteañeros irrumpió en la escena artística cubana con una obra incipiente, cuestionadora  y a ratos contestataria que inquietó a más de uno. Nadie imaginaba entonces que después serían identificados —y según me cuentan, incluso mitificados— como generación, "algo/ que la gente llama ahora los ochenta", al decir de Sigfredo Ariel, ese otro amigo entrañable.
En septiembre de 1987 conocí a muchos de ellos en un festival nacional de poesía que organizamos en Santiago de Cuba. Allí estaba Nelson Simón, un muchacho flaquito y tímido del que me hice amiga inmediatamente y con el que coincidiría muchas veces en jelengues culturales a todo lo largo y ancho de la isla. Eso recordábamos el domingo pasado al reencontrarnos después de casi una década.
Como era de esperarse, la tarde se tornó memoriosa. Hablamos de festivales y lecturas en parajes recónditos donde la gente prefiere saltimbanquis o humoristas a los que llaman cómicos. Hablamos de trampas y emboscadas, de ciertas transacciones y viajes sin retorno. Hablamos de Tere y de Laura, de Norge, de Fowler, de Edel y de Zurbano, de Delfín, de Arístides y Heriberto, de Damaris y María Elena. Y hablamos de mucho más. En cierto momento, explicando alguna de sus relaciones, Nelson dijo: “Somos así como Odette y yo: hermanos”.
Los amigos son la familia que elegimos, suele decir la voz del pueblo. Hubo una vez unos muchachos y una isla. Después, parafraseando a Martí, pasó el tiempo y pasó más de un águila sobre el mar.
En estos días, degusto a sorbos Ahora mismo un puente, la antología de Sigfredo Ariel publicada en Madrid por Efory Atocha. En el poema titulado “Arte Calle”, que fue el nombre de uno de aquellos grupos de revoltosos artistas ochenteros, muchos de los cuales emigraron después, Sigfredo propone un panorama hipotético: “Si los hubiesen digamos ignorado/ sus vidas serían simples./ Si los hubiesen digamos ignorado/ estarían aquí”.
¿Quiénes seríamos ahora si no hubiéramos salido de Cuba?, me pregunté, rememorando aquellos días y los que les siguieron. Hay preguntas que parecieran inútiles; hay respuestas que no existen.


*Título de uno de los libros del poeta cubano Sigfredo Ariel.

12 comentarios:

ZoePé dijo...

Lo único que se me ocurrió, leyendo el post, es que ese libro de poemas de Sigfredo Ariel fue rescatado del librero de mi cuarto, en La Habana y viaja conmigo, a dónde quiera que armo una casa. Como si fuera una libretica de apuntes.

salva33125 dijo...

Los amigos son la familia que elegimos, suele decir la voz del pueblo. Hubo una vez unos muchachos y una isla/ Nos sentamos una tarde o una horas y nos percatamos que siempre estuvimos ahí...Por eso los escogimos..a puro instinto y mirar de frente..es mi experiencia...me gustó este como tantos otros de tu hacer,lo llevo a mi pared FB..Gracias

Uva de Aragón dijo...

Me ha gustado mucho este texto. Precisamente en la conferencia del Instituto de Estudios Cubanos de FIU del 23 al 25 de mayo voy a participar en una mesa de testimonios cob éFirmat, González Esteva y otros escritores planteándonos esa misma pregunta de que hubiera pasado si....Uds. pese a todos tuvieron la ventaja de crecer en Cub, en nuestro idioma y nuestra cultura, pero nosotros vinimos casiniños...En fin, más adelante pondré el texto en mi blog. Es triste que siga pasando lo mismo medio siglo despuès

goty dijo...

Que hubiera sido de nosotros, si en vez de tomar Los caminos de la mar " como Jose , tomaramos a la novia de siempre" y los ultimos 20 anos transcurrieran empapados en alcohol y con la frustacion de mirar El Jardin de las Delicias solo en diapositivas, quizas me equivique, pero son las 12 y 30 am y ya las brujas salieron asi que; venga nostalgia que no eres nueva!

Escombros Hablaneros dijo...

"¿Quiénes seríamos ahora si no hubiéramos salido de Cuba?, hay respuestas que no existen".
Esa pregunta Ode y tu respuesta ha habitado en mí, durante muchos años.

Nancy dijo...

Simple, si estuvieramos en Cuba, estariamos presos! Un abrazo, el de siempre.

Vero dijo...

Como siempre sentada en mi banco del parque, abrazando a través de tu palabra mis emociones.
Muchos besos para ti amiga querida, elegida, en fin... familia.

Daniel Torres dijo...

Hermosa tarde memorable y memoriosa. Gracias por compartir.

Darsi dijo...

Quedamos un montón de aquellos seres sueltos en La Habana, aunque efectivamente muchos andan por otros lares. ¿Qué hubiera sido de nosotros si nos hubiéramos ido?

En cualquier caso, siempre es hermoso el reencuentro de dos amigos.

Besos a Odette y a Nelson, queridos.

Alejandro dijo...


Yo no era sino una-persona-que-se-iba, cuándo, adónde, no importaba. Ni siquiera diría persona-tratando-de-irse sino que-se-iba.
Irse era mi proyecto de vida, lamentable pero esperanzador.

Si no me hubiera ido, pues me hubiera ido. Sin dudas.



Niurka dijo...

La pregunta es inútil, la respuesta no existe.

Gracias!

Mayra dijo...

Odette, creo que para esa pregunta habría una respuesta por cada persona, incluso para los que se la hacen en modo contrario.
Gracias por la tertulia.
Abrazos!!